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NUESTROS 5 MERCADILLOS NAVIDEÑOS EUROPEOS FAVORITOS

NUESTROS 5 MERCADILLOS NAVIDEÑOS EUROPEOS FAVORITOS

Es casi el final del año y ya sabes lo que eso significa: ¡ha llegado el momento de los mercadillos de navidad! Están inundados de espíritu navideño, pero también hay que tomar muchas decisiones difíciles. ¿Por dónde empezar? ¿Gluhwein o glogg? ¿Galletas de jengibre o turrón? ¿Velas perfumadas o artesanía de vidrio soplado? Te recomendamos que empieces por donde desees, pidiendo uno de cada y viajando por Europa para visitar estos cinco mercadillos de Navidad (sin ningún orden en particular).

1. PRAGA, REPÚBLICA CHECA

Tienes que ir: puedes sentir el espíritu navideño en la plaza Wenceslas y en la plaza de la Ciudad Vieja desde finales de noviembre hasta finales de diciembre. En la plaza de la Ciudad Vieja, o Staromestske namesti, hay una representación teatral de un belén, un árbol enorme y un montón de conciertos al aire libre. (Si lo tuyo no es el frío, puedes ir a alguno de los conciertos que se hacen en las iglesias). Te voy a dar un consejo gastronómico: lo que más me gusta es el trdelnik, que, aunque lo puedes encontrar todo el año, es algo que hay que probar mientras se pasea por el mercadillo navideño. Seguramente verás a muchos vendedores ambulantes asando esta masa de hojaldre enrollada en un palo grande. El trdelnik está hecho con masa, vainilla, caramelo, nuez y está recubierto con azúcar. Básicamente, los mismos ingredientes para el amor. Hay otros dulces, como el pan de jengibre con miel, el vanocvka –un pan trenzado con pasas–, y el vosi hnizda o «nidos de avispa», que son galletas hechas con nueces y ron.

2. ESTRASBURGO, FRANCIA

Bienvenido a la cuna del mercadillo navideño más antiguo de Europa, que se llamó el «Christkindelsmärik», o el mercadillo del niño Jesús, en 1570. Estrasburgo es conocida como la «Capital de la Navidad» y es uno de los mercadillos más grandes, con más de 300 puestos. Sé uno de los dos millones de visitantes que disfrutan de esta Navidad alsaciana desde finales de noviembre hasta finales de diciembre. No te pierdas, bajo ninguna circunstancia, las galletas bredele y la «tarte flambée», también conocida como «flammkueche», que es una pizza fina con beicon, cebollas y creme fraiche. Es más o menos el equivalente a tener a cinco cachorros lamiendo tu cara o aprobar un examen sin haber estudiado.

3. MUNICH, ALEMANIA

Durante el invierno, Alemania es un gran mercado navideño: hay en Berlín, Dusseldorf, Colonia, Dresde y Núremberg, por nombrar unos pocos, pero he decidido destacar Múnich, porque la ciudad es algo más que el Oktoberfest. Si estás en la zona desde finales de noviembre hasta Navidad, no dejes de pasar por el Marienplatz, en el corazón de la ciudad. Es el mercadillo más popular y tiene raíces que se remontan al siglo XIV. Puedes comer «kletznbrot», un tradicional pan con nueces, fruta y miel, o probar el «fatschkindl», un pastel con la forma del niño Jesús. Para vivir una experiencia navideña algo diferente, vete al mercadillo de Navidad Tollwood, que es un festival étnico con conciertos de músicos internacionales, artesanía y cocina de todo el mundo.

4. VIENA, AUSTRIA

Desde mediados de noviembre hasta Navidad, puedes conocer las tradiciones del mercadillo de diciembre de Viena, o «Krippenmarkt», que se remonta a 1298. El mercado de la Rathausplatz tiene más de 150 puestos y se convierte prácticamente en un calendario gigante de adviento. Puedes subirte al Christkindle Express, un tren en el que recorres la ciudad mientras bebes «weihnachtspunsch»; ponche navideño especiado hecho con vino, brandy o aguardiente, y endulzado con zumos calientes de frutas. ¡Feliz Navidad!

5. BASILEA, SUIZA

En el centro de la ciudad de Basilea, encontrarás el mayor mercadillo navideño de Suiza, y podrás disfrutar del «Basel Läckerli», una especie de gofres de pan de jengibre. Los puestos están cuidadosamente decorados y merece la pena subirlos a Instagram. Quiero advertirte sobre algo que es delicioso pero particularmente complicado de comer: el fondue suizo en una baguette. Hay que comerlo con cuidado para no quemarse (¡una lección que aprendí de la manera más dolorosa!), pero merece la pena, como todas las creaciones con queso que puedes encontrar en este y en otros mercadillos de Suiza. Hablando de otros mercadillos –sé que estoy haciendo trampa aquí, pero es importante–, también recomiendo el mercadillo navideño de Zúrich, que además de ser el mercadillo navideño cubierto más grande de Europa, su principal atracción es un árbol de Navidad adornado con 5000 cristales de Swarovski. Y mientras estás en ello, vete al mercadillo navideño de Montreux: aunque es más pequeño que los dos primeros, tiene 150 puestos iluminados a lo largo del lago de Ginebra y una estatua de Freddie Mercury junto a la que puedes posar. (Te dije que era importante).

Imagen de Boris Tylevich, Flickr / Creative Commons

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