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10 razones para amar, amar, amar Sídney

10 razones para amar, amar, amar Sídney

Ah, Sídney, te adoramos. Eres tan hermosa, diversa, soleada y deliciosa. Nos das tanto; senderismo, experiencias culturales, argot australiano para aprender, (aquí hay un curso rápido intensivo). Pero… ¿De verdad merece Sídney tanta publicidad? En dos palabras: por supuesto. Los locales, los expatriados y los visitantes coinciden. Aquí tienes diez razones para amar, amar, AMAR la joya de Australia.

1. El puerto

¿Es imposible no quedarse impresionado? Eso creemos. El puerto es para Sídney como los canguros para Australia, no se pueden separar. Elije tu aventura; recórrelo a pie, sube a bordo de un ferry, o salta de isla en isla (extra: hay islas en el puerto de Sídney: Fort Denison, Shark, Clark, Rodd, Goat y Cockatoo). Admira la vista desde el puente del puerto o mientras haces surf o paddleboard en sus más de 240 kilómetros de costa.

2. Playas

Sí, como hay tantos kilómetros de costa, Sídney tiene muchas playas —¡docenas de playas!—, y las hay para todos los gustos: aguas tranquilas, cuevas perfectas para fotografiar, espectaculares piscinas marinas (como las del club Bondi Icebergs de la foto de arriba) o zonas para hacer surf. Hay paseos marítimos que van de playa a playa, senderos naturales (como el sendero natural underwater de 500 metros en Gordons Bay) y cultura surfista en las playas de Curl Curl, Narrabeen y Newport, entre otras. ¿Un motivo más para amar las playas de Sídney? Hacen que pasar el día fuera sea más cómodo gracias a las barbacoas eléctricas, vestuarios, quioscos, áreas de juego y aseos públicos.

3. Comida

Cuando están en el extranjero, a los australianos les gusta conversar sobre comida tanto como a cualquier otro. Pero, a medida que la conversación gira en torno a la comida tradicional de cada país —«Entonces, ¿cuál es el plato típico australiano?»—, es posible que no recibas una respuesta muy clara. Esto es así porque, después de años de inmigración, la norma en Australia es la cocina internacional. En Sídney encontrarás excelente y auténtica comida asiática, latina, europea e incluso africana. En el centro de la ciudad, puedes probar algunos de los platos asiáticos más deliciosos en Chinatown, Thaitown y Koreatown. ¿Todavía tienes hambre? Vete al barrio de Marrickville si quieres comida griega, vietnamita, rusa o portuguesa, o a Granville, Lakemba y Auburn si quieres comida turca o libanesa. Ah, y si te apetece comida italiana puedes ir a Leichhardt. ¡Y ese es solo el entrante de una muy larga y deliciosa cena!

4. Senderos y paseos

Con tanta costa, la mejor manera de ver Sídney es a pie.  Puedes empezar por el sendero Hermitage Foreshore, de 1,8 kilómetros de largo, el relajado paseo de Bradleys Head, o el paseo marítimo estilo parque que va desde Bondi hasta Coogee. Más tarde, puedes sumar kilómetros en el paseo de 30 km que va del puente del puerto a South Head, un sendero que pasa por el casco urbano y acaba en el punto de entrada al puerto. Muchas empresas de excursiones ofrecen paseos guiados por los senderos costeros de Sídney, ¡aunque también puedes ir por tu cuenta con buena compañía y comida para hacer un pícnic!

5. Inglés australiano

El inglés australiano sigue siendo popular por su singular tono, su relajado estilo y su creativo argot. En Sídney, no te olvides del bathers (traje de baño, también llamado swimmers, togs o cozzie) o de untar heaps of avo (mucho aguacate) en tu tostada. Los términos australianos también se extienden a la cultura del café, así que tienes que decidir si prefieres un flat white, short black o un long black… Aquí tienes algo por lo que empezar antes incluso de que vayas.

6. El ferry a Manly

Si quieres hacer una excursión corta durante el día, súbete a un ferry del puerto en dirección a Manly, uno de los barrios costeros más populares de la ciudad. El viaje de 15 minutos en ferry es la mejor parte para muchos, porque el barco va dando tumbos suavemente por el agua. Una vez en Manly, compra fish and chips y escoge un sitio en la playa para comer al aire libre, o vete a alguno de los excelentes restaurantes de la península.

7. Parques nacionales

Sídney está rodeada de pintorescos parques nacionales. Visita el famoso Blue Mountains al oeste de la ciudad, el Parque Nacional Ku-ring-Gai al norte o el Parque Nacional Real al sur. Cuentan entre todos ellos con docenas de rutas para hacer senderismo, además de arroyos, desfiladeros, vistas al mar, manglares y acantilados. Si te gusta la naturaleza con una dosis de aventura, puedes probar a hacer rápel, kayak, piragüismo, ciclismo de montaña e incluso montar a caballo.

8. Avistamiento de ballenas

¡Lo has leído bien! Divisa la migración de las ballenas jorobadas desde los mejores puntos de observación de Sídney. La temporada tiene lugar oficialmente de mayo a noviembre, pero las posibilidades aumentan en el solsticio de invierno a finales de junio y a principios de julio. Prueba suerte en el mirador de North Head lookout, en Hornby Lighthouse cerca de Watsons Bay, en South Head, en Shark Island, y en el mirador Arabanoo del Parque Nacional Puerto de Sídney. Haz la visita en las primeras horas de la mañana para evitar el reflejo del sol, y vete con un anorak, protector solar, gorro (¡sí, incluso en invierno!) y prismáticos.

9. Cultura

Todo el mundo conoce la vivaz silueta blanca de la Ópera de Sidney, el lugar típico para una inyección de cultura. Pero Sídney tiene mucho más. En enero, la ciudad es invadida por el Festival de Sídney, y sus museos, galerías, parques, plazas, restaurantes y otros locales abren sus puertas a tres semanas de teatro, cabaret, comedia, eventos gratuitos, talleres, circo y danza. El resto de meses, la maquinaria cultural sigue alimentada por la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, el Teatro Estatal y una gran cantidad de artistas e intérpretes independientes.

10. El clima

El clima de Sídney suele ser tan delicioso como su comida, senderos, vistas y todo lo demás que hemos mencionado aquí, así que, en cuanto a la mejor época para visitar la ciudad, con 300 días de sol al año, hay infinidad de opciones. Para aquellos a los que les gustan las estadísticas: en verano la temperatura suele ir de 19° a 26°; en otoño de 15° a 22°; en primavera de 11° a 23°, y en invierno de 9° a 17°. Está claro, el invierno de Sídney no tiene nada que ver con las bajas temperaturas invernales a las que están acostumbrados los visitantes del hemisferio norte.

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